No es sino el verde el color de la envidia.

miércoles, 30 de enero de 2013

Tostado estival


Porque también las estrellas se dice
Caldean su horno encima de nosotros
Uljana Wolf




Alma se enfrenta a sí misma
cada mañana.
Y recoge una lágrima que guarda en su joyero.

A Alma le ha crecido
un clavel rojo en su mejilla.
Y ya no puede con el peso
de esa sonrisa escaparate
que prepara con mimo y la encarcela.

Alma escribe su retrato delante del espejo
y es consciente de que
le faltan muchos hilvanes para conocerse,
que tiene muchos pozos huecos
donde resuenan sus llantos desarreglados.

Alma sabe una vez más
que el clavel se marchitará para
dejar paso a una arruga amarga.

Alma ya no piensa en una vida prometedora.
Se limita a subsistir.
Su colección de joyeros
está llena de lágrimas.
Deberá inventar otro método
para recolectarlas.